Vitamina C
Esta vitamina hidrosoluble es esencial para la función inmunitaria y la reparación y el mantenimiento de los vasos sanguíneos, la piel, los huesos y los dientes.
¿Qué es la vitamina C?
La vitamina C tiene una función protectora ya que es uno de los antioxidantes que contrarrestan los daños que causan los radicales libres. Los radicales libres son derivados del oxígeno que se producen como resultado del metabolismo normal.
También se forman cuando te expones a toxinas como las que se encuentran en el humo del cigarrillo, aunque seas un fumador pasivo, y la contaminación atmosférica.
La vitamina C ayuda a proteger a las proteínas, las grasas, los carbohidratos y el material genético, incluido el ADN, de la oxidación que causan los radicales libres. La vitamina C también contribuye a la absorción del hierro. El cuerpo absorbe más hierro no hemo —la variante que se encuentra en los vegetales como las espinacas y los alimentos enriquecidos como los cereales para el desayuno y el pan— en presencia de vitamina C.
El hierro es necesario para disminuir el riesgo de padecer una deficiencia de hierro y la anemia consecuente, una condición que limita la energía y afecta la concentración.
¿Por qué es importante la vitamina C?
Necesitas vitamina C para que tus células puedan crecer y regenerarse. También interviene en la formación de colágeno, un componente estructural de los vasos sanguíneos, cartílagos, tendones, ligamentos, huesos y piel. Esto hace que la vitamina C sea un elemento esencial para la reparación y el mantenimiento de los vasos sanguíneos, la piel, los huesos y los dientes.
Ingesta diaria de referencia
recomendada por la UE
Fuentes de vitamina C
Pimiento morrón
Brócoli
Papaya